domingo, 11 de julio de 2010

LA NUEVA LEY DEL ABORTO

El pasado lunes entró en vigor la nueva Ley que regula, entre otras cosas, el aborto. Una Ley similar a las que existen en otros muchos países desarrollados, una Ley que no supone grandes cambios con la anterior, pero los que tiene son de mucho calado: La libertad de la mujer para hacer lo que crea conveniente para ella, sin que la persigan o la encarcelen por ello y la información y salud sexual que evite llegar al aborto.

Una Ley conocida genéricamente como Ley de Plazos, porque lo que hace es regular un derecho, en función de unas normas, de unos plazos. Tú puedes abortar, si es tu decisión, hasta que se cumpla tal semana de embarazo y no tienes que decir que estás enferma, ni que te vuelves loca y por supuesto, no tienes que esconderte o pasar por tribunales.

El aborto es una realidad en España, con y sin Franco, la única diferencia está en que antes, las pudientes abortaban en Londres y las pobres, se jugaban la vida en España, desde hace 25 años ninguna mujer tiene que viajar a Londres o jugarse la vida en España y desde ahora además con la nueva Ley tampoco se la puede perseguir e incluso encarcelar. El año 2008 se produjeron más de 115.000 abortos en España y lanzo un reto, esta cifra no será superada en 2011 y otra cosa, ocho años estuvo el PP en gobierno y no cambió ni una coma.

Pero vayamos al fondo del asunto: ¿Obliga la Ley a abortar a alguna mujer? NO, a ninguna. Luego quien no quiera hacerlo, por motivos personales, éticos o religiosos; no tiene por qué hacerlo y puede tener los hijos que desee, pero quienes se hallan metido en un problema, podrán resolverlo de la forma que mejor les interese.

Luego solo nos queda el problema del alma y es muy raro el cambio de opinión que ha tenido la iglesia católica hace unos pocos años. Cuando yo nací y cuando nacieron mis hijos, no eras digno de entrar en el Cielo hasta que te bautizaban, te quedabas en el Limbo, esperando a ser persona.

Cuantas madres han sufrido por no poder enterrar a sus hijos en Campo Santo, sin embargo y desde hace pocos años el Limbo fue suprimido, ya eras hijo de Dios nada más nacer y por supuesto esto se extiende hasta el momento de la concepción. Durante dos mil años, no eras nada hasta el bautismo redentor, que te quitaba el pecado original con el que nacías, ese estigma que no te permitía ser persona.

Pero los tiempos cambian, la vida evoluciona, la ciencia permite muchas cosas que antes no podía y la mujer se libera de sus ataduras y exige gestionar su propia vida y como vas a decir que un feto es un ser humano en toda regla, si resulta que no le reconoces a un niño ya nacido su igualdad con el resto de seres humanos. Pues vieron la salida, desaparece el Limbo y ya está solucionado.

Sin embargo y al margen de creencias religiosas, es cierto que el aborto debe ser la última solución y debe ser una decisión muy meditada, algo en lo que también entra la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva, una Ley que no solo regula el aborto si no que busca precisamente que se produzcan menos abortos, que exista más y mejor información y un acceso libre a los anticonceptivos.

Sinceramente, no creo que esconder la cabeza, reprimir la sexualidad, no disfrutar de la vida en plenitud sea lo más adecuado para nosotros y sobre todo para los jóvenes, deseosos de vivir y disfrutar, con las neuronas revolucionadas y las hormonas alocadas, digámosle a los jóvenes como disfrutar de su cuerpo y de su vida, sin que tenga consecuencias superiores a esas roturas de corazón que se les producen cada cierto tiempo y superan a los tres días. Expliquémosles que es una relación sexual, trasladémosles nuestros valores de libertad, de amor, de convivencia, como seres humanos que son, enseñémosles que sistemas existen para evitar un embarazo no deseado o contraer una enfermedad y dejémosles hacer.

Seguro que ellos sabrán cuando es el momento, como debe ser y con quien debe ser.

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