martes, 2 de diciembre de 2008

LA ÉTICA Y LA ESTÉTICA

Estoy oyendo y leyendo en estos días de todo, sobre la actitud de Dª Esperanza Aguirre en la India, pero yo quiero reflexionar sobre la ética y la estética de los políticos. Vaya por delante, que creo que cualquier persona tiene derecho a intentar salvarse de un peligro y que entiendo que los servicios de seguridad, intenten por todos los medios, poner a salvo a la persona que protegen.

Pero dicho esto hay que valorar cual debe ser el papel y la actitud de un líder político y como actúa ese político cuando no está en riesgo o cuando lo está. Ahí entran los matices. Han justificado la actitud de la Presidenta, diciendo que los servicios de seguridad fueron los que la sacaron corriendo y que ella fue corriendo a Sol para dar explicaciones, puede ser cierto, pero debemos revisar los hechos y también es cierto que hay otras formas de actuar, como por ejemplo el Sr. Guardans.

Cuando se va de “lideresa” por la vida, cuando se va de salva-patrias por la vida, entonces hay que ser líder y salva-patrias en los momentos difíciles. De acuerdo en que saliera del hotel corriendo, pero no estoy de acuerdo en que se fuera de Bombay corriendo, podía perfectamente haberse ido al Consulado Español, incluso haberse ido a la Embajada en Nueva Delhi, pero no debió salir de la India corriendo y dejar a la mayoría de las personas que viajaron con ella, algunas de ellas en peligro, encerradas en la habitación del hotel.

Debería haber ejercido de líder de su grupo y no abandonarles a su suerte, ni salir corriendo de la India y dejar a muchos españoles, trabajadores y turistas, sin preocuparse de su situación, eso lo puede hacer un cualquiera, pero no quien va diciendo que nos gobierna y nos guía por el camino correcto. Allí había un camino que recorrer y había una líder que no ejerció. Menos mal que el Cónsul y el Embajador si ejercieron, cierto que para eso les pagan.

Y luego el esperpento, su aparición en Sol con calcetines y contando su batallita. No me digan que no pudo asearse y quitarse los calcetines en el avión. No me digan que no pudo ir a su casa, darse una duchita y cambiarse de ropa. No me digan que no pudo esperar a contar su batallita, cuando el resto de españoles, que estaba en la India, hubieran salido del peligro. No me digan que no pudo evitar el ir corriendo desde el avión a su despacho, pasando por una nube de fotógrafos y cámaras, avisados de su llegada y esperándola su gobierno en la escalinata.

A eso quería referirme amigos, a la ética y la estética de Dª Esperanza, al importarle un bledo lo que le pase a los demás e ir corriendo a hacerse la foto. Yo no quiero a ese tipo de políticos, yo quiero al Concejal que se levanta a las dos de la madrugada, porque está lloviendo y se están inundando las casas o los garajes de los vecinos y se moja y se cala de agua, se mete en el barro, corre sus riesgos, porque lo más importante para él, es hacer su trabajo, estar en los momentos difíciles y de tensión, ayudando a los ciudadanos que representa.

Es obvio que a Dª Esperanza, le gustan mucho los focos y muy poco el barro.