miércoles, 4 de junio de 2008

LOS DIFERENTES PUNTOS DE VISTA

Me tiene maravillado lo diferente que podemos llegar a ver una situación, en función de los fines que persigamos o los valores que defendamos. Un ejemplo claro de este problema es la Cañada Real Galiana, este serio problema se agrava cuando se mezclan situaciones, necesidades y legalidad. Hay que separar los problemas y darles solución por separado, desde el respeto a la legalidad y siendo coherentes.

El otro día me quedé sorprendido escuchando a un ferviente ecologista, de los que no te permiten mover una piedra y es delito llevar un ladrillo, aunque sea para hacer una hoguerita. Este, a pesar de todo esto, buen amigo, me decía que no se podía consentir que se tirase ni una casa en la Cañada y yo le contestaba. Pero si es una Cañada Real, en la que está prohibido construir nada, si todo son construcciones ilegales, que invaden un terreno natural protegido desde hace siglos.

Ya veis que a un defensor de la naturaleza también se le va la olla y mezcla conceptos, sin analizar situaciones. Por tanto, lo primero será dirimir cual es la utilización del suelo y creo que esto tiene poco que discutir. La Cañada es un suelo especialmente protegido y no se puede construir en él, luego todo lo construido en ella, deberá ser demolido o tendrá que tomarse la decisión de modificar el trazado de la Cañada y cambiar su ubicación a otra zona natural o decretar que las cañadas son edificables. Cada opción tiene sus costes y sus problemas, pero habrá que optar y ser coherente con la decisión.

Una vez aclarada la situación del suelo, deberemos analizar el derecho de ocupación del suelo y creo que también estaremos de acuerdo, en que no se puede consentir la ocupación ilegal de algo y el hecho de que sea la Comunidad de Madrid, su gestora y por tanto que su titularidad sea pública, impide consentir su ocupación. Si optamos por las otras salidas, los futuros suelos tendrán otros dueños o tendremos que perder espacios naturales.

Luego, de un seguimiento objetivo de la situación y de un análisis somero de la legalidad, se concluye que, todas las construcciones existentes en la Cañada Real Galiana deben ser demolidas y no hay otra salida. Ahora y una vez vista la situación legal, resulta que en este suelo viven seres humanos, personas que tienen derecho a una vida digna y a no vivir a la intemperie.

Este nuevo punto de vista, nos obliga a redefinir actuaciones: Primero, no tirar ninguna casa hasta que exista una alternativa a esa residencia. Segundo, buscar una alternativa residencial con urgencia, para poder devolver cuanto antes la Cañada a su estado natural. Tercero, analizar la situación de cada una de las personas que residen en la Cañada, para aplicar soluciones justas a cada caso.

Según nos informan, en la Cañada hay chavolas, naves, viviendas y mansiones y residen en ella, españoles e inmigrantes legales o ilegales, hay personas honradas y también delincuentes y traficantes de drogas, es decir, hay una panoplia de situaciones, tanto en lo que concierne a edificaciones, como en lo que se refiere a personas. Y las actuaciones deben realizarse en función de la urgencia, la peligrosidad o el morro que le echen a la situación.

Una situación compleja que debe tener una solución legal y humanitaria. Tampoco hay que olvidar a los muchos vecinos de Rivas, a los que su proximidad genera problemas, sufrimientos e inseguridades, como, robos, agresiones, etc., que no se pueden consentir. Se necesitan soluciones con urgencia y la competencia le corresponde a la Comunidad de Madrid, por favor señora Aguirre dedíquese a gobernar Madrid y no a sus interese particulares y partidistas.

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