domingo, 9 de diciembre de 2007

PARECE SER QUE VALE TODO

Estamos asistiendo en estos últimos tiempos, a una demostración de lo que a algunos les importa la verdad, la ética o los demás valores que sostienen nuestra democracia. Les importa un bledo si los ciudadanos nos apartamos de la política o desconfiamos de nuestros representantes. Lo importante es el ruido, la estrategia es dejar a los votantes de otros partidos en casa, hay que recuperar el gobierno y no importa el precio que se pague por ello.

Hace un año que el Consejo General del Poder Judicial debería haberse renovado, pero claro, hay que tener en cuenta que el PP perdió las elecciones en 2004 y que tiene muchos diputados menos, por tanto las imposiciones que hizo en la anterior renovación, esta vez no puede hacerlas, así que, si no pueden hacer lo que ellos quieren, pues no se hace nada y como en este caso hace falta una mayoría reforzada y ellos tienen una minoría de bloqueo, pues ala, más de un año de prórroga.

En el Tribunal Constitucional, otro tanto de lo mismo, no les gusta su composición, no tienen asegurada su mayoría y recusan a quien haga falta y por los motivos más peregrinos. Tal vez no consigan nada especial con ello, pero si consiguen una cosa, hacer ruido, crear una sensación de desgobierno y cansar y cabrear a muchos ciudadanos, es decir, fomentar la abstención.

Si amigos, nadie es perfecto y todos cometemos errores, pero la estrategia que se está siguiendo esta legislatura es de los más peligroso que puede existir en una democracia, han instaurado la mentira, la tergiversación, la maledicencia y la difamación como elementos cotidianos de la relación social y luego claro, te aparece algún “Trovatore de matina” y lo utiliza como propio.

No hay cosa peor que hablar de lo que no se sabe, sin embargo en este país se da mucho, por desgracia. Hay gente que opina, dice o asevera cosas que son mentiras, bulos o difamaciones, pero han oído campanas y no pueden reprimir su incontinencia verbal. Luego muchos de estos, tiritan cuando tienen que demostrar ante un juez sus aseveraciones y aunque sean cosas que no te gustan, tienes que llevarlos ante el juez, porque sino se creen que todo el campo es orégano.

El mes pasado, una persona ha escrito en esta revista, que soy yo el responsable del fraude de las oposiciones municipales. Ya veis, uno que habla de oído, ha oído campanas y se mete en el charco. Uno que miente sin vergüenza y que difama sin conocimiento, alguien peligroso para la sociedad en que vivimos. Alguien del que no me fiaría de sus posiciones con respecto a la enseñanza que reciben nuestros hijos o su juicio sobre las asignaturas que se imparten.

Se hizo mucho ruido entonces y muchos aprovecharon el momento para quitarse de encima a rivales políticos, algunas personas no hicieron honor a la calidad de humanos que se nos supone, pero son cosas pasadas y yo no soy rencoroso. Pero si debe quedar claro que todo aquello fue un montaje, que fue todo mentira, como quedó demostrado en el juicio penal al que fui sometido, declarándome no culpable. Como ha quedado demostrado en los diferentes procesos judiciales y apelaciones posteriores.

NO HUBO NINGUN FRAUDE EN LAS OPOSICIONES Y YO NO COMETI NINGUN DELITO. Y la prueba la tienen en las sentencias judiciales y en los informes, inclusive del Consejo de Estado. Han pasado muchos años y ha dado tiempo para esclarecerlo todo, hoy todo esto y mi buen nombre han quedado limpios y no voy a consentir que cualquiera lo ponga en duda. Lo que se afirma hay que demostrarlo y sino pagar por las consecuencias.

Ceferino Riestra Díaz

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